Advertencia

"Las personas que intenten descubrir motivo en esta narración serán enjuiciadas; las personas que intenten hallarle moraleja, serán desterradas; las personas que intenten hallarle una trama, serán fusiladas. "
Mark Twain

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Oblación

Es tiempo de cierto lujitos,
qué decirte,
arrancar seis candelas del queuque
y sentirse otra vez de quince años,
claro, entero,
como si aquí no hubiesen pasado muchas manos
y ojos
y piernas
y labios
y hacerse el olvidadizo,
como si no hubiera dolido la mierda
y no tuviera tatuados
entre la tercera costilla y el paladar a
esas manos y ojos y piernas y labios.

Qué te digo,
romper los botones de la prudencia
y mostrar el pelito del pecho
(aunque sea poco)
para aguantar
otras manos y ojos y piernas y labios
y no pensar si dolerán en puta
o sólo un poquito,
sino jugar de macho bravo
o de pubeto inocente
(ya eso se interpreta)
y animarse a re-empezar.

Si me siento palma de mano,
llano y universal,
es para ser ofrenda de iniciación
primerísimo rito,
chiquillada de veinteañero
que olvidó el cuaderno de historia familiar
en un caño de la universidad.

Es el marinero terco
que casi muere ahogado.
Soñarse otras
manos y ojos y piernas y labios
sin saber dónde o cuándo o cuánto pegarán.
Y sin que me importe.


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